domingo, 30 de octubre de 2011

Non Ltd.


Tras su estancia en una institución mental y con una titulación en mecanografía, Lee Holloway (Maggie Gyllenhaal) consigue un trabajo como secretaria en el despacho de abogados de E. Edward Grey (James Spader).

Lee es tímida y arrastra varios problemas psicológicos, probablemente, debidos a la influencia de su disfuncional familia. Esto la lleva a automutilarse cada vez que vive una situación de estrés.

Sin embargo, su vida irá cambiando a medida que lo hace el trato con su jefe, por el que siente una incipiente fascinación desde el momento en que Edward hace notar su autoridad. Y, así, Mr. Grey y Lee comienzan una relación sadomasoquista de dominación y sumisión.

La película se titula Secretary (Steven Shainberg, 2002) y está basada en la historia corta Bad Behavior —sin la u, es americana— de Mary Gaitskill.

Pero no os asustéis, no tiene absolutamente nada de pornográfica, aunque sí emana cierto rastro de sensualidad. No obstante, su mejor baza es el planteamiento de cuestiones que, a día de hoy, siguen siendo tabú.

¿Qué tipo de criterios validamos en esta sociedad donde no tienes que avergonzarte por beber hasta rozar el coma etílico, pegar a tu pareja y proporcionarles, de ese modo, a tus hijos un campo de batalla por casa? Y, sin embargo, es esa misma sociedad la que impone una mentalidad que juzga bochornosas, pervertidas, desviadas —el adjetivo que queráis colocarle— las formas en que cada uno encuentra el amor, el placer, la felicidad... o, como dice Lee, un lugar al que pertenecer.

Mientras exista un respeto, ¿quiénes somos para ponerles límites a los demás?

PD. Si podéis ver la versión original, hacedlo. La vocalización y el uso de la voz... en este caso, se vuelve exquisito.

jueves, 27 de octubre de 2011

Enemigos

Alfredo y Totó en Cinema Paradiso
 
  
         —Alfredo, ¿tú conocías a mi padre?
         —Claro que sí, claro que conocía a tu padre. Era alto, delgado, simpático. Tenía un poco de bigote, como el mío. Y, siempre, reía. Se parecía a Clark Gable.
         —Alfredo.
         —Dime.
         —Ahora que ya soy mayor y voy a quinto curso… Bueno, no digo que pueda empezar a entrar en la cabina, ¿pero qué te parece? ¿Por qué no nos hacemos amigos?
         —Totó, yo elijo a mis amigos por su aspecto y a mis enemigos por su inteligencia. Y tú eres demasiado listo para ser amigo mío. Además, siempre se lo he dicho a mis hijos, tened mucho cuidado y encontrad a los amigos adecuados.
         —¿Qué dices? Si tú no tienes hijos.

lunes, 24 de octubre de 2011

Detalles


“Our life is frittered away by details. Simplify, simplify.”

 H. D. Thoreau

«Nuestra vida se desperdicia en los detalles. Simplificad, simplificad.»


jueves, 20 de octubre de 2011

La puerta estrecha


Al comenzar a leer este libro, probablemente, no lo sintáis. Pero, durante el transcurso de la novela, comprenderéis hasta qué punto su título se adecua a la sensación de angustia y sofoco que provoca.

¿Conocéis esa especie de premonición o pálpito que se tiene, cuando se empieza a leer, sobre lo “bonita” que puede llegar a ser la historia que estáis por descubrir?

Jérôme, un niño de apenas once años, va a pasar los veranos a Fongueusemare —un pueblecito francés en la región de la Alta Normandía—. Allí viven sus tíos y primos. Después de una experiencia que cambiará su modo de ver el mundo, Jérôme y Alissa, su prima, prometen quererse siempre.
 

El tiempo transcurre, ambos siguen compartiendo momentos de lecturas, de entrega a la música, de charlas eternas... y su amor continúa creciendo, pero siempre contenido en su expresión, debido a los convencionalismos de la época y a sus profundas creencias religiosas. 

Y esa contención se extiende a lo largo de la mayor parte de esta obra de André Gide, para, finalmente, demostrar cuánto daño puede hacer el pretender equiparar un amor con otro, una pasión con otra. Porque las recompensas no tienen que llegarnos por un sacrificio mal entendido, ya que esforzarse no significa convertirse en víctima de uno mismo.

«Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida eterna y pocos son los que la hallan.» Mateo 7:14. 

En cualquier ámbito, ésa es una línea difícil de trazar, pero no imposible. Y aunque, demasiado a menudo, el premio se torna insuficiente o jamás llega, es en ese camino donde encontramos la mayor satisfacción.



Así que... ¿por qué no disfrutar del paseo, sin tener constantemente presente el destino al que nos conduce?


martes, 18 de octubre de 2011

¡Rebelión!


Ante los abusos, la explotación y el maltrato despótico de Mr. Jones, en Manor Farm se produce un alzamiento contra los parásitos que caminan con dos patas.

Los animales de la granja, teniendo muy presentes las ideas revolucionarias del fallecido Old Major y dirigidos por Snowball y Napoleon —ambos cerdos y congéneres del primero—, consiguen expulsar a los humanos de aquel terreno.

A partir de esa victoria, la granja pasa a llamarse Animal Farm y el nuevo sistema establecido —con su correspondiente tabla de mandamientos escrita en la pared— empieza a funcionar de forma efectiva, productiva e igualitaria.

Cubierta de una de sus muchas ediciones
Sin embargo, una vez que los dos líderes se han hecho con el poder, se acomodan, comienzan las intrigas y eso hace que vean peligrar su status. Por ese motivo, entrenan y amaestran a un grupo de perros que realizarán las funciones de su ejército personal. 

Pero, al mismo tiempo, es esta fuerza armada la que le servirá a Napoleon para deshacerse de Snowball y erigirse en sumo gobernante de la granja, en posesión de la verdad más absoluta y la capacidad adquirida para cambiar esos primigenios mandamientos, según su propia conveniencia y la de los demás cerdos.
 


A grandes rasgos, ese es el argumento de la novela de George Orwell Rebelión en la granja, publicada en 1945, donde realiza una crítica satírica a la política que estaba teniendo lugar durante aquellos momentos en la Unión Soviética.

Una obra que necesitaría muchas páginas para ser analizada con mayor profundidad, pero que se vuelven vanas, una vez leída. Porque todos los sucesos alegóricos que allí se cuentan, de una forma un tanto inocente, se conectan con la realidad, gracias a la intertextualidad de la propia historia.

Y es que... a veces, la literatura sirve para mucho más que sencillamente entretener, ¿no os parece?

lunes, 17 de octubre de 2011

Buenos días, tristeza


Meses más tarde, hojeando una revista de contenidos variopintos, apareció una fotografía en blanco y negro. Y, con ella, surgió el recuerdo de un libro, de su protagonista.

Seberg y Niven en la
adaptación de Preminger
En la imagen, efectivamente, aparecía Françoise Sagan, recostada en un coche, según rezaba el artículo. Aunque, en un principio, Cécile no era Françoise, su descripción —sobre todo en actitud— se correspondía con tanta fuerza que, del azar, rescató esa sensación recordada.

Bonjour, tristesse , cuyo título viene del  poema À peine défigurée de Paul Éluard, fue escrita por una joven de 18 años y, quizás, esa es la razón por la que los sentimientos y las ideas se representan de una forma tan directa y cruda, desnudos de pomposidad y artificio. Porque, las personas sienten lo que sienten y ya está. Y eso nos hace ser estúpidos, impulsivos, crueles, egoístas... perversos, en más de una ocasión.





Sin embargo, admitir esto con total sinceridad sigue requiriendo un alto grado de madurez. Y ahí Sagan, aplicándolo a su vida o no, demostró que a nivel analítico lo poseía.

Home y Seberg
Esta es la historia de Cécile, una chica de 17 años que acaba de terminar sus estudios en un internado exclusivo y va a pasar el verano con su padre, Raymond, la amante de éste y una vieja amiga de la familia, Anne, en una Villa de la Riviera francesa.

Celos, confusión, aburrimiento, incertidumbre, soberbia, despotismo, miedo agitados —no removidos— dan como resultado culpa. Una culpa de la que huir, porque no se materializa para poder enfrentarla.

¿En alguna ocasión, os ha perseguido una culpa? ¿Habéis identificado a alguien de quien sólo conocéis la voz o sus letras por una imagen?

viernes, 14 de octubre de 2011

Aunque tú no lo sepas


Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminado
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.

También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.

Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.
         Luis García Montero


La creatividad nace, a veces, de lugares insospechados. Y el hecho de aportar la propia a algo que ya de por sí destaca por su valía no implica que tenga que destruirse una parte —a veces, esencial— de la obra original.

Eso, precisamente, sucede con este sencillo poema de García Montero, que le sirvió a Almudena Grandes como inspiración para escribir el realista y estupendo relato El vocabulario de los balcones. A su vez, ambos se transformaron en luz, movimiento y sonido, bajo la dirección y guión de Juan Vicente Córdoba, compartiendo título.

¿Llegará el día en que lamentemos no haberlo sabido o sería mejor seguir viviendo en la ignorancia para siempre?

martes, 11 de octubre de 2011

¡A la calle, libros!

Título de Jardiel Poncela que hace un guiño
a Las once mil vergas de Apollinaire.
Quince años lleva la campaña Libros a la calle acompañando a todos los viajeros de Metro de Madrid. En forma de pequeños carteles, esta iniciativa anima a seguir leyendo lo que hemos comenzado a vislumbrar en los fragmentos de texto que muestran.

Con ilustraciones llamativas, presentan una oferta variada en cuanto a géneros y estilos. Además, los autores elegidos están dentro de lo que se podrían considerar «clásicos» de las letras en castellano.




 
Y cada uno de estos carteles tiene como colofón una frase que motiva a continuar con la lectura.

«Ni un día sin poesía»
«Si el vértigo te atrae, asómate a los libros»
«Leer es saber»
«Si esta página te atrae, el libro te atrapará»

¿Creéis que el hábito lector, como ocio, está fomentado, hoy en día?

miércoles, 5 de octubre de 2011

Círculos


Ésta no es una historia de amor, sino de celos... de fe, cuyos protagonistas tienen nombres de cantantes de jazz en una ciudad oscurecida por la lluvia y las bombas.

Se podría resumir con facilidad. Durante la Segunda Guerra Mundial, Maurice Bendrix, un escritor de relativo éxito, mantiene una aventura con Sarah Miles, a espaldas de su marido, Henry.

E, incluso, se podría establecer un paralelismo, sin problemas, entre la vida de su autor y lo que el propio Bendrix nos cuenta. Una pista importante es que Graham Greene dedicó esta obra a Catherine, una mujer casada que en aquella época era su amante.

Julianne Moore y Ralph Fiennes
Sin embargo, aunque es un libro breve en extensión y simple en apariencia, la complejidad comienza a la hora de comprender la psicología de los personajes principales.



Por un lado, Bendrix es un hombre hastiado, ateo, poseído por esa irreverente tristeza que parece inundar de forma mítica a los escritores, desencantado del mundo, de la sociedad y de la política. De pronto, comienza una historia básicamente sexual con Sarah y, al poco tiempo, aquello se torna en una obsesión más allá del amor. Maurice se muere de celos, no tolera la presencia de Henry y teme que esa misma sencillez que la llevó hasta él se la arrebate y ella lo abandone en pos de una nueva aventura. Y es que los celos no son triángulos, sino círculos, al igual que muchas historias... continúan siempre en el nudo, sin planteamiento ni desenlace.

«Una historia no tiene comienzo ni fin: arbitrariamente uno elige el momento de la experiencia desde el cual mira hacia atrás o hacia adelante. Digo "uno elige" con el orgullo inexacto del escritor...»
The End of the Affair, Graham Greene

Mientras, por otro lado, Henry es un alto funcionario del Estado, aburrido, tranquilo e inofensivo. Él le ofrece a su mujer la seguridad y la comodidad que proporciona el dinero, el reconocimiento a nivel político-social de quien se relaciona con diplomáticos, agregados culturales y demás puestos de poder. No obstante, existe un pero, un pero enorme que deviene en distintas reacciones newtonianas.

«El hombre tiene lugares en su corazón que todavía no existen, y para que puedan existir entra en ellos el dolor».
Cartel de la adaptación de Neil Jordan

Y, finalmente, Sarah... ¿quién es Sarah? Ella envuelve todo el misterio de la novela y descubrirla es terminar de comprender todos los porqués que van surgiendo. Pero, aviso a navegantes, no es una personalidad ideal ni mucho menos, como no lo es tampoco la de ellos.

The End of the Affair es la historia de una pasión... ¿pero de cuál?
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...