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Cubierta original |
Aunque ya se habían visto antes, Emma y Dexter se han conocido en la graduación y han pasado toda la noche juntos. Al día siguiente, San Suitonio, ambos han de continuar su propio camino, pero van a seguir manteniendo el contacto y, cada 15 de julio, seremos testigos de cómo han ido evolucionando sus vidas a lo largo de casi veinte años. Siempre el mismo día.
Ella se enfrenta al mundo con su doble titulación en Filología Inglesa e Historia cum laude, muchos ideales, sueños de ser escritora, una familia de origen humilde y bastante inseguridad disfrazada de realismo e ironía. Él, sin embargo, se ha licenciado con un triste bien en Antropología, pero le sobra autoestima, carisma y dinero de papá para pensarse, con absoluta tranquilidad, a qué se dedicará en el futuro. De hecho, va a comenzar un largo viaje de dos años por el mundo, para «adquirir amplitud de miras».
—Viajar —suspiró ella—. Qué previsible.
—¿Qué tiene de malo viajar?
—Dirás huir de la realidad.
—A mí la realidad me parece que está sobrevalorada —dijo él, con la esperanza de dar una impresión oscura y carismática.
Ella hizo una mueca de desdén.
—Supongo que está bien, para el que se lo pueda permitir. ¿Por qué no dices «me voy dos años de vacaciones», que es lo mismo?
Empieza, así, la historia de una gran amistad, con sus idas y venidas. Porque, a veces, tienes la suerte de encontrar a personas muy diferentes a ti, que quizás no te comprendan demasiado, pero ante quienes te muestras como eres, sin artificio, porque no hay expectativas de ninguna clase. Es gente a quien le consientes cosas impensables, que en el resto significarían un «ahí te quedas». Y perdonas... para esas personas tienes una especie de perdón infinito, aunque sea en la distancia, porque sabes quiénes son.
—¡Venga, Em! Aún somos amigos, ¿no? Ya sé que he estado un poco raro, pero es que... —Ella se paró un momento, pero no se giró. Dexter supo que lloraba— ¿Emma?
Entonces ella se giró muy deprisa, se acercó y le cogió la cara, juntando sus mejillas (la de ella, húmeda y caliente), mientras le hablaba deprisa al oído. Durante un momento luminoso, Dexter pensó que le iba a perdonar.
—Dexter, te quiero mucho. Tanto, pero tanto... Y probablemente siempre te quiera. —Los labios de Emma le tocaron la mejilla—. Lo que pasa es que ya no me gustas. Lo siento.
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Cartel de la película |
Además, asistimos al crecimiento como personas de cada uno, a los fracasos e ilusiones rotas, pero también a sus éxitos. David Nicholls dibuja la transformación de toda una generación de jóvenes en adultos. ¿Y qué pasa si no cumples con lo preestablecido, si no sigues el canon?
Valiéndose de canciones, películas, libros y acontecimientos históricos, crea una fuerte complicidad con el lector y ése es uno de sus grandes aciertos. Porque, pese a no poseer una calidad literaria impresionante, consigue que todos —aunque no tengamos cum laude o no hayamos pisado Edimburgo— nos sintamos identificados, en mayor o menor medida.
Y, de nuevo, tenemos adaptación cinematográfica a las puertas. En esta ocasión, bajo la dirección de Lone Scherfig (
An Education), Jim Sturgess (Jude en
Across the Universe) hará que Anne Hathaway (Maggie en
Love and Other Drugs) ponga los ojos en blanco más de una vez. Pero tendremos que esperar, porque, de momento, no ha sido estrenada. Aquí os dejamos el
trailer.
También me he estado intentando leer los libros que me diste en Pascua, pero tengo que reconocer que Howards End se me atraganta un poco. Parece que lleven doscientas páginas bebiéndose la misma taza de té. Me paso el rato esperando a que alguien saque un cuchillo, o una invasión de extraterrestres, o lo que sea, pero no sale nada de eso, ¿verdad? Y digo... ¿cuándo dejarás de intentar culturizarme? Espero que nunca.
En definitiva, si os apetece reír y emocionaros —un poquito—, recordar viejas canciones y extrañas modas, Siempre el mismo día es vuestro libro.
Por último, tres cosas más. Lo primero, gracias por el préstamo, R(E)A. Lo segundo, nuestra eterna recomendación: tened cuidado con la información que buscáis en la red, si no queréis correr el riesgo de saber demasiado. Y lo tercero es...
¿Cómo te imagina(ba)s tú a los cuarenta?