«¡Eso no lo escribas!». Estas son palabras del Juan I encarnado por Paul Giamatti, tras uno de sus intentos fracasado por tomar el castillo de Rochester, a un señor vestido de negro que, desde primera línea, parece anotar todo lo que allí está aconteciendo.
Cartel original |
Y es que, según cuenta la historia de los libros, debido a los problemas sociales y a la espinosa relación internacional, los nobles ingleses se alzaron en rebelión contra Juan I, conocido como Juan Sin Tierra. Éste, en junio de 1215, se vio obligado a firmar la Carta Magna, con la que sometía su poder al criterio de una serie de barones.
Sin embargo, alegando que había sido coaccionado, el Papa le reconoció su derecho a destruir ese tratado y volver a adquirir plenos poderes. Atrás quedaron, así, los abusos despóticos, las disputas por el trono y las desavenencias del monarca con Roma.
Con ese apoyo, Juan comenzó una especie de reconquista, masacrando los castillos de la costa inglesa… hasta que llegó a Rochester.
Y ése es el punto de partida de Templario (Ironclad 2011).
Siguiendo la estructura de «el reclutamiento de viejos y nuevos compañeros para un posible trabajo», al más puro estilo Ocean’s Eleven, el barón Albany y sus hombres se atrincheran en el castillo de Rochester para frenar al bárbaro ejército danés del que se vale el rey Juan.
Entre las fuerzas de Albany (Brian Cox), encontramos los diferentes arquetipos propios de esta clase de historias. Guy (Aneurin Barnard), el joven escudero, idealista y todavía demasiado inocente. Beckett (Jason Flemyn), el don juan del grupo, enfadado con el mundo. Coteral (Jamie Foreman), el gracioso vocinglero. Wulfstan (Rhys Parry Jones), el honrado y leal padre de familia… y el indiscutible protagonista, Thomas Marshall (James Purefoy), el misterioso y letal templario que vive atormentado por las atrocidades cometidas en nombre de su fe en el dios cristiano y su representante en La Tierra.
Purefoy y Mara |
A su hercúlea misión, se les llega a sumar, incluso, Lady Isabel (Kate Mara), la valiente señora del castillo y tentación de Thomas, una de las pocas mujeres que aparecen en todo el metraje. Todos en busca de la justicia, la lucha de David contra Goliat, la resistencia de los valores humanos frente a los abusos.
Cartel en España |
Hoy, casi mil años después, el mundo se ve conmocionado por el asesinato de 92 seres humanos, en un país escandinavo, a manos de un individuo que se autodenomina templario y que lucha contra la invasión de infieles.
Esta ciudad, desde donde os escribimos, se prepara para recibir la visita del Papa actual, en las JMJ.
Y justo, desde este Sol, parten decenas de personas en su propia cruzada, buscando una esperanza, perdida entre el despotismo y la avaricia.
¿En qué hemos cambiado?
Uuffff, la verdad es que hemos cambiado mucho y como decía Bunbury, "quizás a peor". No he visto la peli pero la añado a la lista después de la del Capitán :) Lo cierto es que la historia es cíclica y que en vez de aprender de los errores, nos empeñamos en repetirlos con más o menos frecuencia.
ResponderEliminarSuerte con las JMJ, aquí tuvimos las de la familia y se monto un lío impresionante.
Un abrazo.
Templaaaaaarios <3
ResponderEliminarNo sé cómo siendo la que es mi opción ideológico-religiosa me fascina tanto este tema. Es casi ancestral, desde pequeñita. Así que la añado a la lista y espero verla pronto.
Un abrazote.
Hola, Alejandro!
ResponderEliminarNo sé yo si hemos cambiado tanto, ¿eh?
Cuando estaba viendo esta película, además de taparme los ojos unas cuantas veces, pensé: "pero si son los mmismos personajes con las mismas motivaciones e igual de destructivos".
¿Qué cambia? ¿La forma en que se visten? ¿Las espadas y hachas por recortadas y automáticas?
Un abrazo y disfruta de las "vacas"!
PD. Pero porque vosotros no estáis acostumbrados a "grandes acontecimientos"... bodas reales, celebraciones futbolísticas y demás eventos multitudinarios. Pss... lo más eso donde tiráis petardos y quemáis cuatro monigotes, ya vesss... :P
ManjoExLibris, puede que te fascine por el misterio histórico, por la fuerza de las creencias (las que sean), por las aventuras y... y por cómo nos lo han venido, eso también.
ResponderEliminarDejando al margen los ideales político-religiosos de cada uno, te puedes emocionar al sentir el fervor en una procesión y admirar el ritual, o gritar más que nadie viendo un partido de fútbol, o soltar alguna lagrimilla escuchando una interpretación en directo sin necesidad de ser ese el tipo de música que te guste.
Supongo que es cuestión de apreciar el sentimiento humano, ¿no?
Un abrazo :)
que interesante aporte...
ResponderEliminarme ha encantado ...
encantada de leerte..
un abrazo
Gracias, Firenze :)
ResponderEliminarUn abrazo para ti también!