martes, 13 de septiembre de 2011

La apuesta


Desde 2006, en Gran Bretaña, se está poniendo en práctica una campaña para fomentar el hábito lector en los adultos. Algo que parece, a priori, un tanto utópico. Sin embargo, esta iniciativa, conocida como Quick Reads, se ha propuesto publicar un determinado número de libros cada año y lo está consiguiendo.

¿Cuál está siendo su secreto? Son obras breves, de temática variada, que emplean un vocabulario asequible y con un precio apto para todos los bolsillos. Pero, además, los autores son nombres reconocibles fácilmente, incluso, para ese público esquivo que es poco dado a la lectura.

Cubierta original
Y, dentro de este programa, encontramos La apuesta de John Boyne. En esta novela corta, el autor de El niño del pijama de rayas nos demuestra cómo hasta la vida más rutinaria y estable puede alterarse completamente por un suceso ocurrido en apenas un instante.

Danny Delaney es un adolescente —no en exceso— que quema los últimos días de vacaciones veraniegas, en espera del temible comienzo de curso. Pero... algo sucede. Y en el momento en que descubrimos qué ha pasado ya podemos cerrar el libro o, si nos sentimos un poquito —pero sólo un poquito— creativos, redactar el resto de la historia.

De nuevo, Boyne cae en la misma trampa en la que, a nivel literario, se hundió con El niño del pijama de rayas. Ya que, por más que fuese un éxito comercial e hicieran una adaptación cinematográfica, la historia de Bruno perdía interés no más allá de la página 10.

Cierto, hace una presentación muy buena, siembra de intriga los primeros párrafos, pero luego no es capaz de mantener un mínimo de tensión a lo largo de la trama. Y eso, teniendo en cuenta que la amistad entre Bruno y Shmuel está a años luz de los desencuentros entre Sarah y Danny. De hecho, esa descripción de la capacidad para confraternizar con el supuesto enemigo que demuestran los niños, dado lo límpido de su mirada, es lo mejor que ofrece este autor en ambas novelas.

¿A alguno os defraudó El niño del pijama de rayas?

16 comentarios:

  1. Pues yo no lo he leído, el tema me parece muy trillado y aunque el enfoque parece diferente, me suena a intentar sacar la lágrima fácil. Además, ya sabes que yo soy muy blandito para ciertas lecturas y si me va a durar diez páginas... pues mejor me continúo absteniendo. En la estantería sigue cogiendo polvo.

    Un abrazo.

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  2. Demasiado breve para defraudarme, pero efectivamente, el autor no lograba que viera la realidad que tenía el niño delante con sus mismos ojos. ¿Falta de sutileza? No sé, tendría que releerlo ahora con una visión mucho más crítica.

    Un beso,

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  3. El niño en piyama a rayas No lo he leído pero vi la película y la verdad no me gustó, es demasiado triste, en general cuando se trata de niños pasándola mal, me tenso y no me gusta.

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  4. A mi el niño con el pijama a rayas me pareció eso una novela que busca nublarte el sentido y que no veas cegada por las lágrimas, no llegué nunca a entender ese éxito, en fin, debe ser el sello del autor

    Un besito

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  5. Con el niño del pijama a rayas no conseguí pasar de las primeras páginas y cuándo vi la película tampoco se me movió un musculo debo tener la misma patata por corazón que hizo que de pequeña no me gustase Mi planta de naranja lima.

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  6. Parece un libro interesante, no lo he leído, pero no lo descarto para un futuro cercano. Muchas gracias por el comentario en mi blog.
    Un abrazo !!

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  7. Alejandro, yo lo leí sin saber absolutamente nada sobre el argumento. Me dijero: "Mira, lee este cuento y a ver qué te parece". Así que si no lo has leído todavía, ya... te han destripado la poca gracia que podía haber tenido.

    Un abrazo

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  8. Alice, te metes más en la amistad entre los dos niños tan opuestos que en la localización espacio-tiempo. Y el desarrollo de esa amistad no deja de ser, como puntúas tú, demasiado breve.

    Un abrazo!

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  9. Hola, Patito!

    Sí... lo de niños pasándolo mal yo también lo llevo fatal. Es una de las maneras para que descarte un libro o una película.

    Seremos muy blanditas...

    Un abrazo!

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  10. 40añera, misterios... Igual gustó porque no era demasiado complicado y se leía rápido. No sé... pero yo tampoco lo llegué a entender.

    Abrazooos!

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  11. LadySuchard, entonces, nos hemos juntado aquí un grupo de des-corazonados, porque ya ves que es la opinión más popular. De hecho, no conozco a (casi) nadie que le haya gustado.

    Un abrazo!

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  12. Bueno, Luis, si lo lees, ya nos contarás qué te ha parecido.

    Un placer visitar tu blog. Volveré!

    Un abrazo!

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  13. No la he leído pero vaya me da la impresión que es una historia muy triste así que paso, un abrazooooo....

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  14. La de historia de La apuesta no es demasiado triste, pero la de El niño del pijama de rayas, sí. Aunque tampoco te de mucho tiempo a reaccionar, porque es cortita y, además, ya sabes lo que va a pasar desde el principio.

    Pero si, en este momento, prefieres sonreír, igual te van mejor otros libros...

    Un abrazo!

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  15. "El pijama de rayas" parece haber sido concebido para remover la espuma del corazón y no para conertirse en obra de arte. Desgraciadamente prima lo comercial. El sr. mercado.Qué diferencia con el libro de Vasily Grossman: "Vida y destino". Inquietante y bello. También muy, muy triste, pero es un retrato magnífico de la contradictoria natutaleza humana y de la capacidad de los humanos para ejercer la violencia y el terror hasta convertirse en bestias.
    Espero que los ingleses elijan también libros igualmente asequibles pero más literarios, esto es, de más altura literaria. Hasta Dostoievski o Chéjov se vuelven transparentes en sus cuentos y novelas si cualquiera se decide a fijar en ellos la mirada.
    Gracias, AM.
    Un abrazo!

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  16. Cierto, Jardín de estatuas sin ojos, quien decide sin clemencia es el mercado y los que manejan la cruceta de la marioneta. Una lástima que no sepamos apreciar a los "grandes".

    Gracias por pasarte :)

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Y... a todo esto, ¿tú qué dices?

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