I met a traveller from an antique land
Who said: ‘Two vast and trunkless legs of stone
Stand in the desert. Near them, on the sand,
Half sunk, a shattered visage lies, whose frown,
And wrinkled lip, and sneer of cold command,
Tell that its sculptor well those passions read
Which yet survive, stamped on these lifeless things,
The hand that mocked them and the heart that fed.
And on the pedestal these words appear --
"My name is Ozymandias, king of kings:
Look on my works, ye Mighty, and despair!"
Nothing beside remains. Round the decay
Of that colossal wreck, boundless and bare
The lone and level sands stretch far away.’
Who said: ‘Two vast and trunkless legs of stone
Stand in the desert. Near them, on the sand,
Half sunk, a shattered visage lies, whose frown,
And wrinkled lip, and sneer of cold command,
Tell that its sculptor well those passions read
Which yet survive, stamped on these lifeless things,
The hand that mocked them and the heart that fed.
And on the pedestal these words appear --
"My name is Ozymandias, king of kings:
Look on my works, ye Mighty, and despair!"
Nothing beside remains. Round the decay
Of that colossal wreck, boundless and bare
The lone and level sands stretch far away.’
Percy B. Shelly
Conocí a un viajero de un antiguo país
que dijo: «Dos enormes piernas de piedra
se yerguen sin su tronco en el desierto...
Junto a ellas, en la arena, semihundido
descansa un rostro hecho pedazos, cuyo ceño fruncido
y mueca en la boca, y desdén de frío dominio,
cuentan que su escultor comprendió bien esas pasiones
que todavía sobreviven, grabadas en la piedra inerte,
a la mano que se mofó de ellas y al corazón que las alimentó.
Y en el pedestal se leen estas palabras:
"Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes:
¡Contemplad mis obras, oh poderosos, y desesperad!"
No queda nada a su lado. Alrededor de las ruinas
de ese colosal naufragio, infinitas y desnudas
se extienden las solitarias y llanas arenas.»
que dijo: «Dos enormes piernas de piedra
se yerguen sin su tronco en el desierto...
Junto a ellas, en la arena, semihundido
descansa un rostro hecho pedazos, cuyo ceño fruncido
y mueca en la boca, y desdén de frío dominio,
cuentan que su escultor comprendió bien esas pasiones
que todavía sobreviven, grabadas en la piedra inerte,
a la mano que se mofó de ellas y al corazón que las alimentó.
Y en el pedestal se leen estas palabras:
"Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes:
¡Contemplad mis obras, oh poderosos, y desesperad!"
No queda nada a su lado. Alrededor de las ruinas
de ese colosal naufragio, infinitas y desnudas
se extienden las solitarias y llanas arenas.»
Young Memnon, Ramses II |
Cuenta la historia que Shelly se inspiró en la estatua de Ramses II, que fue donada al Museo Británico en 1816, aunque no llegó a Londres hasta 1818.
En el poema, éste parafrasea la inscripción que se halla en el trono del faraón egipcio: «Rey de Reyes soy, Ozymandias. Si alguien quiere saber cuán grande soy y dónde estoy, que supere una de mis obras».
Y nos creemos el ombligo del mundo mientras vivimos...
ResponderEliminarBesitos,
Hola, Alice!
ResponderEliminarSí, pero aquí cae todo el mundo. ¿De qué vale endiosar, mitificar, adorar... a nadie? Todos somos humanos, perecederos al fin.
Me encanta este poema, por sus mensajes, por la historia que guarda y por su perfección poética. Tiene una sonoridad muy evocadora.
Un abrazo y gracias por tu comentario. No es una entrada fácil :)
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
AM EDITORIAL
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE TOQUE DE CANELA ,STAR WARS, CARROS DE FUEGO, MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.
José
Ramón...
Enhorabuena por ese post, que como bien dices, sobre todo en inglés, tiene una sonoridad arrebatadora, y una lección irreprochable: muchas veces en los hombres cuánta vanidad de vanidades, que decía el Eclesiastés, que el Tiempo todo lo centrifuga, y que nuestro Jorge Manrique con tanta finura supo ver.
ResponderEliminarEncantado de conocer tu blog
Saludos blogueros
Bienvenido, José Ramón.
ResponderEliminarEstás en tu casa!
Hola, José Antonio:
ResponderEliminarSí, la aliteración están en el poema "auténtico", pero quise poner la traducción para que los mensajes se entendieran mejor.
El tiempo, efectivamente, no perdona a nadie y la vanidad, la soberbia parte del sujeto y se alimenta de quienes lo adulan y admiran. El pecado, por así llamarlo, es colectivo.
En cualquier caso, ante esa innegabilidad del tiempo, carpe diem!
Saludos y encantados de recibir tu visita :)
El centro del universo, nosotros moscas insignificantes con fecha de caducidad y papeletas premiadas para el olvido, en fin egocéntricos que somos.
ResponderEliminarBueno algunos más que otros jejeje
Un besote reina
Jajaja, estoy contigo completamente. Me ha gustado "moscas insignificantes con fecha de caducidad y papeletas premiadas para el olvido".
ResponderEliminarCómo has vuelto, señores...
Gran reflexión, el problema es que no lo asumimos y seguimos empeñados en creernos el centro del universo (o de la creación que dice Benedicto)
ResponderEliminarAdemás, Alejandro, fíjate en las fechas... Pasarán años, siglos y seguiremos sin aprender. Pero ese mismo tiempo nos va poniendo a todos en nuestro lugar, a nosotros y a nuestras obras.
ResponderEliminarUn abrazo!