martes, 10 de mayo de 2011

La fórmula del best seller


Una de las grandes incógnitas del mundo editorial es la fórmula para la producción de un best seller. Sí, producir más que escribir. Porque, desafortunadamente, lo que se busca es el beneficio monetario, más que la transcendencia literaria. Es una realidad y no vamos a negarla.

En el documental Best seller a cualquier precio, emitido en La2, se nos muestra el increíble circo que se ha organizado, en torno a esto, para conseguir ese preciado manuscrito que se venderá como un producto más en el mercado. Y, además, intentan analizar los requisitos clave que éstos han de tener.
 
«Tengo una suerte increíble. Y es que, en estos cinco años, mis cinco libros han sido número uno en ventas del año. Pero soy totalmente consciente de que no son las cinco mejores novelas del año». Mark Levy
 
Admitida esta falta general de calidad literaria, propiamente dicha, centrémonos en cuáles son las claves para «fabricar» un best seller.

Con frecuencia, cuando le preguntas a alguien sobre uno de estos libros, todos suelen coincidir en aquello de «es que engancha, no pude dejar de leerlo». Así pues, parece que han de ser historias que capten la atención del lector por su temática, pero sobre todo porque estén escritas de una forma que atrape… desde el principio.

«¡Dios mío! –gritó la reina-. ¡Me han violado! ¿Quién ha sido?» Mary Higgins Clark


¿Nos lo creemos? ¿Y qué pasa con la publicidad? Sin entrar en las abrumadoras campañas millonarias, muchos insisten en que la mejor técnica de venta, en cuanto al mercado editorial se refiere, es el boca‒oreja. Y puede que sea cierto, aunque nos gustaría aclarar que con matices importantes, muy importantes.

Hay un gran sector de la población lectora que compra por impulso. Es decir, ve el libro, le llama la atención y decide hacerse con él. Eso significa que el objeto ha de existir físicamente. De ahí que las grandes editoriales —en el sentido financiero— realicen tiradas de muchos más ejemplares de los que estiman van a ser vendidos (y el resto, luego, lo queman).

Su objetivo es llenar las mesas de novedades, que formen pilas en las librerías, para que no pasemos de largo sin verlo, de hecho, para que no podamos ver nada más que su último proyecto.

De todas esas personas que han sido «víctimas» de una torre de libros apilados, habrá un tanto por ciento que lo recomiende —sin prestar— a sus amigos y conocidos. Y estos, a su vez, se lo recomendarán a otros, produciéndose así el fenómeno que antes comentábamos. Entonces, sí funciona, pero el «pequeño» detalle a destacar es que cuanto mayor sea el número inicial de bocas que aconsejan más serán las orejas que escuchen en el tiempo. Obvio.

Aquí, surge la pregunta… ¿Hasta qué punto los lectores somos responsables de lo que se publica?
 
«Hoy por hoy, el problema es que los libros que se convierten en best sellers no son los mejores. Cuando yo iba a la universidad, si mirabas las listas de best sellers, encontrabas novelas estupendas. Te topabas con John Updike, Eudora Welty, Truman Capote, una novela póstuma de Hemingway...» Dana Gioia, Presidente del Fondo Nacional para las Artes de Estados Unidos.

Somos libres para comprar, es más, somos libres para leer. Sin embargo, ¿hacemos buen uso de esta «libertad»? Quizás, para ello, deberíamos contar con un criterio propio, ser capaces de señalar lo que nos gusta y por qué. Quizás, también, tendríamos que pensar y eso no conviene en exceso.

¿Nunca os ha pasado que, al terminar una obra, habéis pensado: «¡¡Y esto sólo lo conocemos cuatro gatos!!»?

¿Qué nos pasa?

14 comentarios:

  1. ¿Qué fue antes el huevo o la gallina?, ¿Somos idiotas porque leemos gilipolleces o somos gilipollas porque leemos estupideces?...that´s the question...

    En realidad no somos libres para casi nada, creo que la única libertad de elección que tenemos en este mercado tan estudiado para generar ingentes beneficios es la de consumir compulsivamente, aunque parezca mentira hasta sin dinero, ¿qué no?, cómo que no, para qué sino se inventaron las tarjetas de crédito, para que gastasemos hasta lo que no tenemos.

    En fin, sigamos opinando libremente, ¿verdad amiguitos editores?...Hala, a intentar buscar la gallina de los huevos de oro.

    Abrazos.

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  2. No se, creo que hoy por hoy el boca oreja anda bastante adulterado con campañas publicitarias o contaminación visual de ejemplares. Yo suelo elegir por diversos criterios y he de reconocer que muchas veces caigo en la trampa del bes seller, pero la mitad de las veces termino decepcionada de ellos y vuelvo a buscar en las solapas. Lo peor es descubrir ese libro fantástico y no poder recomendarlo mucho porque hay pocos que lo leerán
    No se exactamente que nos pasa pero si que suelo pasar de largo cuando veo muchos, muchísimos ejemplares.
    Buenas noches

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  3. Jajaja, acróbata, ¡de eso se trata!

    Es decir, el best seller es un producto creado por los gigantes editoriales, que se dedican a meterle a la gente por los ojos un determinado libro. ¡Y pican!!

    ¿Cuántos best sellers conoces tú que sean de una editorial más bien modesta?

    De hecho, para eso existen los sellos, para que una misma editorial pueda publicar algo relativamente decente, entre tanto producto comercial.

    Además, ya serios, tú tienes la libertad de elegir. Vale, elegir entre un grupo. Pero, aunque en minoría, siguen existiendo publicaciones muy buenas, siguen estando los autores clásicos y no tan clásicos... ¿por qué la gente no lee ya eso?

    Un abrazo

    PD. ¿Quién se funde la tarjeta de crédito en libros (no profesionales)?

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  4. Buenas noches, 40añera.

    Entonces, ¡bien por ti! No te dejes arrastrar por las modas... Tú (todos tenemos que serlo) eres capaz de distinguir, de elegir lo que te gusta, de pensar por ti misma más allá de lo que los demás quieran que pienses.

    Esto es como todo, ¿por qué la gente utiliza zapatos ultraplanos, estilo bailarinas, si son nefastos para los pies, la columna y, además, visualmente no favorecen a casi nadie?? ¡¡Porque nos lo ponen en todas partes y la mayoría cede!!

    Un abrazo

    PD. A nosotros recomiéndanos esos buenos, por fa!

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  5. Reflexión interesante. Escribió Karl Kraus:

    "La desgracia es precisamente que el arte de la palabra trabaja con un material que todos los días pasa por las manos de la chusma (...) Cuanto más se aleja de la comprensibilidad, mayor es la impertinencia con que el público reclama su material."

    Y en otra cita de Kraus se lee:

    "Así como la cháchara sella el sometimiento de la lengua a la estupidez, la opereta sella la transfiguración de la estupipez por medio de la música."

    Se podría añadir entonces algo así como:

    Y los best sellers sellan la reducción de la literatura al entretenimiento y a la banalidad más estúpida.

    Gracias, AM, y un abrazo.

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  6. Hay de todo en la viña del señor. Eso si hay libros que la gente deberian leerse por obligación en las escuelas. Más eso no ocurre.

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  7. En un ataque de voracidad, Blogger se "zampó" parte del contenido de algunos blogs y, luego, se echó a dormir la siesta durante dos días.

    (http://www.desarrolloweb.com/actualidad/blogger-sufre-mayores-caidas-5236.html)

    Lo bueno de ser un poco "paranoias" es que ahora podemos recuperarlo...

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  8. Esto es lo que nos decía Jardín de estatuas sin ojos:

    Reflexión interesante. Escribió Karl Kraus:

    "La desgracia es precisamente que el arte de la palabra trabaja con un material que todos los días pasa por las manos de la chusma (...) Cuanto más se aleja de la comprensibilidad, mayor es la impertinencia con que el público reclama su material."

    Y en otra cita de Kraus se lee:

    "Así como la cháchara sella el sometimiento de la lengua a la estupidez, la opereta sella la transfiguración de la estupipez por medio de la música."

    Se podría añadir entonces algo así como:

    Y los best sellers sellan la reducción de la literatura al entretenimiento y a la banalidad más estúpida.

    Gracias, AM, y un abrazo.

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  9. Jardín de estatuas sin ojos, sí...

    Por una parte, ese es uno de los rasgos mágicos de las palabras, que están en cada momento, incluso en sus ausencias. Aunque, sí, como el agua o el aire, se menosprecian simplemente por accesibles.

    ... y no sólo al entretenimiento, sino al enriquecimiento económico exponencial de algunos.

    Un abrazo fuerte.

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  10. Hola, David:

    ¿Tú crees que es positivo obligar a los chavales a leer ciertos libros?

    Puede que sí, pero más bien sugerir, dando varias opciones. Además, ése sería otro tema bastante interesante... ¿son acertadas las lecturas obligatorias que proponen en los colegios, acorde a la edad?

    Un abrazo!

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  11. Me ha gustado mucho el blog.
    La reflexión que haz hecho sobre los "best-seller" contiene muchas verdades, muchos no tienen calidad alguna, son simple banalidad, muy comerciales y sus ventas dependen únicamente de la cantidad de dinero que se haya gastado en publicidad.

    He aprendido que muchos de los grandes libros que he leído son prácticamente desconocidos; y es que al final el número de gente que los lea no son referencia alguna...
    Aunque claro, tampoco vamos a generalizar.

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  12. Bienvenida, Lady Madrid.

    Muchas gracias. Intentamos aportar lo que vamos pudiendo.

    Es una triste verdad que algo tan valioso como la literatura se haya convertido en un producto comercial, olvidándonos de su significado real. Y que, con ello, seamos conscientes, una vez más, de la facilidad con que nos manipulan.

    Un día nos van a vender arena del desierto y la vamos a hacer cola por comprarla.

    Un abrazo

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  13. nos pasa que leemos poco...
    o mejor dicho...unos cuantos leemos mucho...pero no podemos compensar por el monton de gente que no lee nada...
    sea como sea...cada uno lee lo que quiere...y con esa libertad de poder elegir nos hemos de quedar....


    un abrazo

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  14. Una forma positiva de verlo. Pero, quizás, los que pecamos de cierta gula lectora nos preguntamos qué les pasa a aquellos que se tragan lo que les echen en el plato, sin cuestionarse nada más.

    Un abrazo, Firenze!

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Y... a todo esto, ¿tú qué dices?

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